domingo, 12 de junio de 2011

La Bruja del Caldero

Desde los orígenes de Sagua La Grande en 1796 ya se le temía a la Cueva de la Virgen en las alturas de uno de sus empinados Mogotes de Jumagua cuya generación le llamaba “Cueva del Caldero”. Aquí muchos atrevidos sagüeros se han llevado el susto de sus vidas al encontrarse cara a cara con una espantosa negra conga de unas 300 libras de peso repleta de collares y amuletos que sentada sobre una roca muy cerca de la Virgen abraca con sus piernas un enorme caldero de contenido dudoso.


Cuenta la tradición que este horrible espectro de bruja vigila desde hace varios siglos un gran tesoro escondido en dicha cueva por negros esclavos que convertidos en cimarrones trajeron aquí muchas bolsas de oro,plata y joyas que arrebataron a su antiguo amo después de asesinarlo y escapar al monte.La hechicera africana siempre está concentrada en los brebajes de su enigmático caldero pero al penetrar algún profano a sus dominios inmediatamente lo detecta y levantando su enfurecido rostro lo intercepta con unos brillantísimos ojos que ate-rrorizan al visitante que huye despavorido.


En cierta ocasión un nativo de Jumagua contó aterrorizado a su familia lo que había visto en dicha cueva y acto seguido cayó fulminado por el espanto de la vision,sus ojos muy abiertos no se podían cerrar y la noticia selló definitivamente el contacto de los campesinos con la diabólica caverna que por muchas décadas fue ignorada. Pero a mediados del siglo XIX un trampero de nueva generación,incrédulo de los tradicionales “Cuentos de Viejas” penetró en el gran salón y comprobó que los excrementos de jutías eran abundantes por lo que allí haría su zafra con estos sabrosos edentados por lo que colocó sus trampas comprobando que al día siguiente su caza había sido fructífera y jactancioso declaró que” tantos años de superstición habían sido provechosos para él ya que la cueva,al no ser visitada,se había llenado de Jutías.


En cierta noche de reunión familiar unos amigos del afortunado cazador le propusieron una apuesta tentadora si entraba a la famosa Cueva del Caldero dadas las 12 de la noche en punto y se mantenía allí por media hora, y este,ante la nueva y tan fácil ganancia aceptó en el acto.Cuenta la tradición que en esta ocasión la suerte no acompañó al osado trampero y que 60 minutos despúes sus amigos, preocupados por su tardanza, encontraron su cadáver extremadamente pálido a la entrada de la hechizada caverna.A partir de entonces no solo el sitio sino “las 12:00 P.M.” constituyen el tabú principal de la legendaria Cueva del Caldero.


Más de 100 años después nuestro equipo espeleológico la cartografió incorporándola a la geografía nacional como “Cueva del Murciélago” y confeccionando el catálogo de su fauna interior, pero no bastando todo esto,se me ocurrió que una investigación nos faltaba y la fría noche del 8 de enero de 1975 me monté en mi bicicleta y solo comunicándoselo a mi amigo Guillermo Morales López, partí con una colcha, linterna y cantimplora de agua rumbo a las lomas del Mogote con el objetivo de “mirar a los ojos de la negra conga”.

Serían las 11:00 pm cuando penetré en la cueva que tantas veces había estudiado materialmente pero a la que jamás había observado con ojos metafísicos y me instalé como pude entre las congeladas rocas mirando de frente el altar de la virgen donde según la tradición aparecía el espantoso espectro de la hechicera. Por fín llegó las 12 de la noche y mi corazón aumentó su ritmo, por primera vez sentí algo de temor, ya era tarde para retirarme, estaba en la hora crítica y medio petrificado no sé por qué razón pues tenía a mi favor el no creer en esos inframundos sobrenaturales. Pasaron los minutos y con ellos la hora del climax, pero la negra no aparecía; yo me repetía constantemente “aquí no hay nada, esto no es real”, y otras oraciones que me infundían valor,pasando así más de una hora sin que nada ocurriera, hasta que por fín quedé profundamente dormido con extraños sueños que de nada vale aquí contar…

Esa fue mi noche en la Cueva del Caldero. Para los creyentes del espiritismo y otras doctrinas espirituales les digo que con esto yo no demuestro ni niego nada, solo cumplí con mi impulso investigativo y quizás, apoyando sus postulados,”No ví porque no creí” ya que al igual que “Ver Para Creer” podemos afirmar : “Creer Para Ver”. Me ha dicho un amigo que a lo mejor allí estaba la negra gritando ante mi rostro y yo no conectaba su frecuencia, una forma muy humorística de explicar el fenómeno.”¿Y si encontraron el tesoro?, ya no tendría objetivo su presencia allí”-me dice otro. Pero de todos los análisis el más interesante lo ha expuesto otro amigo: “¿Y porqué no lo haces de nuevo, a lo major la próxima no te va muy bien?…


Localización: Loma # 3 (W-E) o Loma del Abono (Ladera Sur).

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