domingo, 27 de febrero de 2011

La poza de la vieja trabuco

Leyendas de Sagua La Grande

Es éste, el nombre que recibió y aún conserva, un pequeño tramo del río Sagua, en su margen derecha, y muy cerca de los chorrerones del Hicacal, donde sus aguas forman un recodo para que el cauce bordee la parte sur de la población.


En este lugar formó el río un remanso,facilitando así, un excelente baño a los muchachos que uníanse diariamente formando grupos que salían de la ciudad en busca de los deleites de las aguas del Undoso y de la víctima de sus maldades.Vivía allí en aquel tiempo una campesina de alma varonil,cuya diversión era derribar con su hacha,el árbol del tronco más grueso y arar las tierras con el arado que mayor surcado hiciera.

Comienza así el origen del nombre del remanso:”poza de la vieja Trabuco”, porque comienzan también los episodios que se recuerdan aún :LA VIEJA TRABUCO Y LOS TRAVIESOS MUCHACHOS, encontrando ellos en dicha poceta el centro de sus diversiones como nunca Pensaron hallar en un baño natural del río Sagua.

Muy cerca de la poceta comenzaba una pequeña finquita, propiedad de esta rara campesina, que aunque rara, ocupábase solo,del bienestar de su escasa familia y de los cultivos que en su tierra realizaba.


Comienzan dichos sucesos, porque no haciendo caso,los muchachos que allí se bañaban, de la poca distancia que los separaba de la casa de la robusta campesina,bañábanse sin otro traje que la piel al aire libre. Aquí empezaban los retozos y los juegos que ellos mismos formaban, tales como el de la “corua” que consistía en imitar al ave marina que se sumerge para atrapar la presa…y así llevaban a cabo algunos más.Otras veces corrían por las orillas diciéndose toda clase de palabras mal oídas,hasta que llegaban a oídos de Doña Rufina-que así se llamaba-molestándola de tal modo que no podia menos que acudir a donde los “bribones”se bañaban, yendo con su indumento propio: zapatos de baqueta y macheteen la cintura; los amenazaba, les repetía las palabras, y muy a menudo tenía que darse un baño nada refrescante porque los perseguía hasta que se perdían de vista, después de decirse las injuries propias del caso,teniendo doña Rufina que cruzar la poceta a nado.


Estos espectáculos incitaban la maldad de los “canallas” quienes no faltaban un solo día a la poceta para gritarle a doña Rufina,”Trabuco”,sobrenombre que le asignaron por su voz fuerte y ronca y por las amenazas de que los hacía objeto.

Así fueron sucediéndose día a día dichos sucesos,hasta que algún tiempo después,quizás por este motivo, quizás por otro, Doña Rufina Rodríguez tuvo que abandonar su finquita e irse lejos de quienes le proporcionaban tan malos ratos y tantas maldades que no merecía.


Ha seguido con el nombre de “La poza de la vieja Trabuco” solamente el lugar, porque la poza no existe rellenada por deposición de las aguas del río.Y en la brillante finquita que cultivara doña Rufina, solo queda para no olvidarla, algunos árboles que ella con su arado y su machete cultivó.





Para ampliar sobre cada caso:
ARCHIVO SABANEQUE
1970 - 2011

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